El Parque Nacional de los lagos de Plitvice, en el norte de Croacia, es un lugar único por la sucesión de lagos y cascadas, por su exuberante naturaleza y por el sorprendente color que poseen sus aguas, que pasan del azul turquesa al verde esmeralda o al cian más deslumbrante con tan sólo caminar unos metros.
El pequeño lago Burgeti
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Se trata de una fantástica conjunción de agua y vegetación, de algas y plantas que proporcionan un color increíble a los lagos, que combinado con la peculiar orografía de la zona han formado multitud de pequeños saltos de agua y cascadas, que acompañan al visitante durante horas, en un pequeño paraíso que parece no tener fin.
Nosotros visitamos este precioso lugar hace ya unos años, en pleno mes de agosto, pero es tal la frondosidad de su vegetación y el caudal de sus cascadas que pudimos disfrutar del parque nacional en todo su esplendor.
Es muy importante tener en cuenta que la luz modifica totalmente el tono de los lagos, por lo que incluso si se visita el mismo lugar a diferentes horas el mismo día, el color de sus aguas puede ser muy diferente.
Aunque pueda parecer que las fotos que se incluyen en ese artículo han sido retocadas, son totalmente fieles a los colores originales y no han sido saturadas ni alteradas.
Vista desde la senda que rodea el lago Gradinsko
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Mi recomendación para quien quiera ir a Plitvice es dedicar a esta visita al menos un día completo para poder realizar un recorrido mínimo de seis horas.
En nuestro caso hicimos noche en uno de los hoteles situados en el centro del parque, junto a la entrada número 2, el hotel Jezero, muy básico y sencillo pero que es un punto de partida perfecto puesto que se halla a escasos metros de la entrada al parque.
A continuación intentaré hacer un pequeño resumen de nuestra ruta por los lagos de Plitvice.
Primer día: Tras aterrizar a media mañana en Dubrovnik, alquilamos un coche y pusimos rumbo directamente a Plitvice. El camino es largo y en verano las carreteras de Croacia están muy saturadas. Llegamos al parque cuando quedaba sólo una hora para que cerraran. En las taquillas incluso nos aconsejaron no entrar, pero preferimos entrar y aprovechar todo lo posible. Fue una decisión totalmente acertada.
A esa hora no había casi nadie, tuvimos el parque para nosotros solos durante una hora. Nos parecía que habíamos llegado a un auténtico paraíso.
Lago Gradinsko
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Hicimos casi toda la ruta marcada como Programa E, que corresponde a los lagos superiores. Pero sin llegar a terminar el recorrido circular ya que teníamos miedo de perder el último barco de regreso, a cambio pudimos disfrutar de la fantástica luz del atardecer.
Hay que entrar por la Puerta 2 junto al lago Kozjak . y cruzar al otro lado del lago con el barco eléctrico. Es un tramo muy corto que te deja justo al inicio de la ruta con las mejores vistas de los lagos superiores.
Lo primero que se ve al bajar del barco es esto...
A continuación, siguiendo las sendas señalizadas, casi todas ellas acondicionadas como pasarelas de madera, nos encontramos nuestro primer lago...
Lago Burgeti
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Nos llamaba poderosamente la atención la increíble transparencia del agua que permitía ver el fondo del lago perfectamente.
A pesar del calor del mes de agosto, la temperatura era fresca por el agua y por la frondosidad de la vegetación.
En croata "Jezero" significa lago. Aún había bastante luz cuando llegamos al "Gradinsko Jezero".
Pocos comentarios son necesarios para explicar cómo disfrutamos del paseo rodeando este lago. Sólo se oían los pájaros y apenas nos cruzamos con un par de personas.
Sin embargo aún nos esperaban algunos de los mayores atractivos de estos lagos superiores...
Al final del lago Gradinsko se distinguía una preciosa cascada.
Esta cascada es una de las más originales por su forma redondeada y sus chorros cayendo entre el musgo. A su alrededor multitud de pequeños estanques reflejan el entorno, convirtiendo este lugar en un rincón muy sugerente.
La cascada continúa por toda la pared rocosa. Probablemente en primavera los saltos de agua lleven más caudal, pero sigue siendo muy bonito.
En este punto dimos la vuelta y regresamos para no perder el último barco. En el camino de vuelta aún pudimos descubrir lugares preciosos...
Pudimos ver a lo lejos nuestro hotel, al otro lado del lago, sumergido en medio del bosque
Y todo esto en tan sólo una hora. Había sido un gran comienzo.
Al día siguiente nos esperaba la zona más conocida y concurrida del parque.