El martes 13 de mayo de 1029 el último Conde de Castilla fue asesinado.
Sin embargo este asesinato no fue uno más. El magnicidio del infante García ha pasado a la historia por su crueldad y sobre todo por el lugar y el momento en el que se produjo.
El último Conde de Castilla fue degollado cuando salía de la iglesia en la que acababa de contraer matrimonio con Sancha de León, a las puertas de la actual Basílica de San Isidoro de León.
La imagen de la
novia-esposa-viuda sosteniendo el
cadáver ensangrentado de su marido pasaría al romancero como uno de los hechos
más luctuosos de la historia medieval española.
Los asesinos,
Rodrigo e Iñigo Vela habían jurado acabar con el conde de Castilla y así lo
hicieron, públicamente y ante centenares de leoneses que habían acudido a
vitorear a los novios aquel 13 de mayo.
El destino de
Castilla, de los reinos cristianos y de España entera cambió por completo.
Castilla quedó huérfana y el linaje de Fernán González se extinguió definitivamente
con la muerte del infante García.
Sancha ordenó instalar en el Panteón real de San Isidoro un cenotafio en recuerdo a su primer esposo. La serigrafía presenta a un joven lleno de vida portando una corona real. |
Aquel fatídico 13 de mayo pudo haber sido el último de Castilla. El siempre molesto y rebelde condado de
Castilla, podría haber desaparecido para siempre aquel día.
Sin embargo, el
destino quiso que Sancha, la esposa desconsolada, tomara el testigo de su marido
asesinado y pasara protagonizar no sólo el futuro de Castilla sino el de toda España.
Sancha hizo
realidad el espíritu independentista de
su marido asesinado y pasó de ser la viuda del último conde castellano a
convertirse en la primera reina de Castilla, contrayendo matrimonio con
Fernando I el Magno. Pero aún fue más allá y tras heredar por derecho propio el
trono de León, llegó a ser la primera
emperatriz de León y Castilla uniendo por primera vez en la historia, los reinos
de León y Castilla.
El día 13 de
mayo de 1029, hace ahora 987, unos asesinos intentaban acabar con Castilla,
asesinaron a su último conde, el malogrado infante García, pero lo que lograron
fue transformar un pequeño condado, en un reino fuerte y poderoso, en el germen
de un imperio del que todos nosotros somos herederos directos y de cuyos orígenes debemos estar
orgullosos.
Una vez más es indispensable
un merecido reconocimiento a los que forjaron nuestro pasado, nuestra identidad
y nuestra memoria, y como siempre, el primer paso debe ser recordar los momentos
cruciales de nuestra historia.
Hoy debemos recordar aquel martes 13 de mayo del año 1029 de la era cristiana, cuando, a las puertas de la Basílica de San Isidoro de León, contraían
matrimonio Sancha de León y García de Castilla y cambiaba para siempre el destino de España.
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